Hablar en público es saber
comunicar los mensajes con eficacia, es muy importante la seguridad, definir
bien los objetivos, ser claro, conciso, organizado y saber a qué público nos
dirigimos, ponerle un límite a la exposición.
Conocer quién va a ser nuestra
audiencia: profesionales, empresarios, niños, jóvenes, nos ayudará a enfocar
nuestra exposición en forma correcta, exponer de forma organizada todos los
temas sin perder el hilo de la charla.
Debemos concretar en forma bien
definida los objetivos de la charla, exposición o conferencia, tener claro cuál
es el mensaje que queremos transmitir a nuestra audiencia, sin enredarnos en
interminables palabras que no nos conducen a una conclusión clara.
Cuando se va a exponer sobre
algún tema se recomienda contar con buenas ayudas audiovisuales que hagan
comprender y encaminar mejor la exposición pero sin exceso.
Debemos dejar a un lado el miedo
de hablar en público, si bien es cierto que hablar en público produce nervios
no pensemos en esto al memento de realizar la exposición, pues esto nos lleva a
que quedemos en blanco, lo cual nos desmotiva a no querer seguir intentándolo.
Siempre debemos tener seguridad
de nosotros mismos pues la inseguridad tiene raíz en los pensamientos negativos
que nos hemos creado, el miedo perjudica la fluidez de las palabras, nunca le
demostremos al público que estamos nerviosos para darles confianza e interés
por lo que van a escuchar.
Pero hablar en público en
realidad no es tan difícil. No es otra cosa que conversar, y eso es lo hacemos
prácticamente todo el tiempo, siempre expresémonos con sencillez y relajados
Cuando estamos sometidos a tensión nerviosa, a menudo olvidamos cómo respirar
correctamente.
Tener un buen hábito de lectura aumenta
la capacidad de hablar en público, ya que nos amplía el conocimiento y el
léxico para desenvolvernos en sociedad, en nuestro trabajo cotidiano y demás
actividades diarias.
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